viernes, 6 de diciembre de 2013

El legado de Mandela

Nelson Mandela en la ceremonia de entrega de la medalla de oro del Congreso de los Estados Unidos en 1998



Ha fallecido Nelson Mandela, hoy vuelvo a traer el artículo publicado el 18 de julio de este año sobre su trayectoria política, con los problemas que tuvo en ella y con sus aciertos y desaciertos.


Mandela es el líder político más valorado del mundo por parte de la población occidental. Fue y es un símbolo de la lucha contra la discriminación racial en África del Sur, un país, que como tantos, sufrió la codicia de las invasiones europeas. Los nativos de este lugar se llevaron la peor parte, como ocurrió en otros continentes, y de estas terribles injusticias surgieron los luchadores que las combatieron, no como héroes, sino como personas de carne y hueso.
El líder del Congreso Nacional Africano,  que se convirtió en presidente de Sudáfrica y en la persona más respetada en aquellos países, que de un modo u otro, contribuyeron al apartheid, no tuvo un camino de rosas, pasó veintisiete años encarcelado y fue considerado como un terrorista hasta fechas bastante recientes. Estados Unidos no dejó de calificarlo así hasta el año 2008.
En los años del apartheid, países como Estados Unidos, Gran Bretaña o Israel colaboraban activamente con este sistema discriminatorio. (1) Organizaciones como Amnistía Internacional no reconocían tampoco como un luchador político a Mandela y en el mismo modo no había una condena clara al apartheid, según señala Dennis Bernstein, que fue miembro de Amnistía.
Usted verá una gran coincidencia entre los enemigos tras los que va Amnistía Internacional y los intereses tanto de los Estados Unidos como del Gobierno británico. Vamos a tomar un ejemplo más antiguo, el apartheid en Sudáfrica bajo el antiguo régimen criminal. Amnistía Internacional se negó rotundamente a condenar el apartheid en Sudáfrica. A pesar de mis mejores esfuerzos, mientras yo estaba en el comité, y de otros miembros del Consejo, no lo hicieron. Ellos son la única organización de derechos humanos en el mundo entero  que se ha negado a condenar el apartheid en Sudáfrica. Ahora ellos pueden dar cierta teoría increíble acerca de por qué no lo hicieron. Pero el motivo principal fue que el mayor defensor tanto económicamente como políticamente del régimen criminal del apartheid en África del Sur fue el Gobierno británico, seguido por el Gobierno de los Estados Unidos. Y  no importa como de insistentemente lo intentamos, no importa lo que hicimos, no condenarían  el apartheid en Sudáfrica. (2)
Mandela fue un hombre valiente y así, en el año 1997, fue a visitar a una persona que le había apoyado en los momentos difíciles, era Muamar Gadafi, que estaba sufriendo un cruel embargo por parte del FMI y del poder económico occidental. La visita enojó a los dirigentes occidentales, entre ellos a Bill Clinton, el que era presidente de los Estados Unidos, pero el líder africano, Mandela, defendía claramente y sin titubear su posición, además demostraba la hipocresía de quienes querían indicarle lo que debía hacer. Esto decía:
Ningún país puede reclamar ser el policía del mundo y ningún estado puede dictar a otro qué debería hacer.Aquellos que ayer fueron amigos de nuestros enemigos [el apartheid] tienen el descaro hoy de decirme que no visite a mi hermano Gadafi, ellos nos están aconsejando ser desagradecidos y olvidar a nuestros amigos del pasado.(3)
Los tiempos cambiarían y Sudáfrica, junto a Gabón y Nigeria, apoyaría el ataque militar de la OTAN contra Libia en el año 2011, Mandela ya se había retirado de la presidencia en 1999 . El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, de Gabón, prohibió incluso que se guardara un minuto de silencio en la Unión Africana por el brutal y cruel asesinato del líder libio Muamar Gadafi. Después, visto el desastre, vendrían las rectificaciones, ya tardías y sin  efecto práctico. Los presidentes de África del Sur Zuma y Mebki criticaron con dureza la acción de la OTAN y también  Mebki denunció que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ignoraba a la Unión Africana y trataba a las personas de África con absoluto desprecio. (4)
Volviendo a la vida de Mandela, su salida de la cárcel y el respeto que por él han tenido las instituciones políticas y económicas, y los medios de comunicación, no fue debido a un acto de magnificencia o de humanidad. 

Pocos sudafricanos eran conscientes de que este "proceso" [el proceso por el que los líderes del Congreso Nacional Africano -ANC-, renunciaban a la lucha por la justicia social]  había comenzado con alto secreto más de dos años antes de la liberación de Mandela, cuando el ANC en el exilio había, en efecto, hecho un trato con destacados miembros de la élite Africáner en las reuniones en una casa señorial, Mells Park House, cerca de Bath. Los principales impulsores fueron las corporaciones que habían sostenido el  apartheid.
Casi al mismo tiempo, Mandela estaba llevando a cabo sus propias negociaciones secretas. En 1982, había sido trasladado desde la isla de Robben a la prisión de Pollsmoor, donde podía recibir y entretener a la gente. El objetivo del régimen del apartheid era dividir el ANC entre los "moderados" que podrían "hacer negocios con" (Mandela, Thabo Mbeki y Oliver Tambo) y aquellos de los municipios de primera línea que dirigió el Frente Democrático Unido (UDF). El 5 de julio de 1989, Mandela fue sacado a escondidas de la cárcel para conocer a PW Botha, el presidente de la minoría blanca conocido como el Groot Krokodil (Gran Cocodrilo). Mandela estaba encantado de que Botha sirvió el té. (5)

En Sudáfrica se dio fin, al menos nominalmente, a la discriminación racial, al apartheid, pero se dejó de lado la justicia social, permaneciendo el apartheid económico. Quienes mantuvieron e impulsaron el apartheid siguieron dominando el mundo político y económico, pero ahora en colaboración con aquellos que lucharon no solo por acabar con la discriminación racial, sino también por acabar con el monopolio de la economía en manos de las poderosas familias que dirigían las corporaciones y el país. Rompieron la "irrompible promesa", (6) según palabras de Mandela y de los dirigentes del ANC, y África del Sur no terminó de salir del peor de los apartheids,  el de la discriminación y la marginación por la miseria, por la profunda pobreza.


Notas:
(1) Mikel Itulain. Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países. Libertarias. 2012.
(2)  Interview with Dennis Bernstein, CovertAction Quarterly Number 73 Summer 2002, pp. 9-12, 27.
(3) Cita en Mikel Itulain. Muamar Gadafi: luces y sombras. Enlace
(4) Dan Glazebrook. The West´s war against African development continues. 15.2.13. Counterpunch.
(5) John Pilger. Mandela´greatness may be assured, but not his legacy. Global Research. 15.7.13.
(6) John Pilger. Apartheid never died in South Africa. It inspired a world order upheld by force and illusion. 19.9.12. Johnpilger.com



4 comentarios:

  1. !Hola,Mikel!

    Decadas de segregacion en las que se propiciaron y defendieron crimenes, discriminaciones y la explotacion de muchos africanos.Basada en el odio, el fanatismo, el racismo y la supuesta superioridad de la raza blanca.

    Y aun hoy en dia, despues de tanto tiempo ,siguen saltandose los derechos humanos libremente.Esclavizan por darles un trabajo para que no se mueran de hambre.

    Un post perfecto,muy bien argumentado,con una carga humana increible y esplendida.Gracias por plasmarlo.

    Muchisimos besitos,Mikel.Buen finde.

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  2. Un hombre bueno y con ideales puede hacer mucho, lástima que por cada hombre bueno hay cincuenta interesados (por decir un número) que desconocen la lealtad y estropean su labor.
    Coincido con Esmeralda en que tu explicación es excelente. Saludos.

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  3. Sí, un gran hombre, que los ideales los llevó a la práctica, aunque finalmente renunciase a la justicia social, un tema pendiente especialmente en Sudáfrica.

    Un saludo Ana.

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